Con motivo del día mundial del turismo que, desde 1980 se celebra el 27 de septiembre, pueden llevarse a cabo muchas reflexiones. Máxime en la situación actual de un sector que, dependiendo de la movilidad de las personas, es decir, de su capacidad de desplazamiento, ya sea internacional, nacional, regional o, incluso, localmente hablando, ha visto, de la noche a la mañana, a causa de una pandemia, muy dañada su rentabilidad, enfrentándolo a una crisis sin precedentes a nivel global.

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, en sus siglas en inglés) ha estimado que en este año 2020 se perderán 197 millones de empleos en el sector. La caída de los viajes internacionales estará en torno al 70% para este año de pandemia. Hoteles, viviendas, apartamentos, restaurantes, aerolíneas, cruceros, trenes, autobuses, turoperadores, agencias de viaje, han visto reducidos de una manera muy considerable sus ingresos, incluso llegando a cuestionar su viabilidad o llevándolos al concurso de acreedores.

Europa es el principal destino turístico del mundo con 22,6 millones de personas trabajando en el sector. En este sentido, la pandemia ha planteado una situación muy compleja para los países de la Unión Europea, como Francia, Italia, Grecia o España, en los que el turismo tiene un peso importante en sus economías.

“SON TIEMPOS DE ESFUERZO,  DE SACRIFICIO, DE IMAGINACIÓN Y DE CREATIVIDAD.”

En el caso concreto de España, país líder en materia turística, la situación y las perspectivas son muy graves, teniendo en cuenta la importancia del turismo en su PIB, así como su especial significación en determinadas regiones, como es el caso de Andalucía y, evidentemente, en Sevilla.

Esto ha planteado un sinfín de súbitos desafíos y retos, que están poniendo a prueba la capacidad de adaptación y flexibilidad, tanto de las administraciones públicas, como de las empresas. En nuestro caso, la empresa sevillana VALCAMBRE, hemos pasado de gestionar un 70% de reservas con más de 10 días de antelación, lo cual permitía una planificación de la actividad, a que casi el 78% se realicen con menos de 10 días de antelación y el 50% a sólo 3 días vista. Es decir, el turista que nos ha llegado ha tomado sus decisiones de desplazamiento en un contexto de casi improvisación en sus deseos de viajar.

Igualmente, hemos tenido que adaptarnos rápidamente al nuevo tipo de clientela. Mientras que en 2019 un 82% de nuestros huéspedes provenían de fuera de España, de los más diversos países y continentes, en 2020, sólo el 33% de ellos vienen de fuera de nuestras fronteras y la inmensa mayoría de estos, son europeos.

Finalmente, la actividad, en términos de reservas se ha reducido, sólo en los meses de agosto y septiembre, un 85% en relación con el mismo periodo el año pasado.

Día a día, sin dramatizar el presente, pero sin subestimar el futuro, estamos haciendo frente a una situación sobrevenida para nuestra empresa, que ni el mejor gurú mundial hubiera pronosticado hace siete meses. Ahora bien, nuestra gran apuesta familiar y empresarial, así como nuestro decidido compromiso con Sevilla, ciudad a la que queremos aportar lo mejor de nosotros mismos para que progrese en bienestar y ofrezca oportunidades a todos los que vivimos en ella, son la mejor energía para hacer frente a la tempestad.

Son tiempos de esfuerzo, de sacrificio, de imaginación, de creatividad, de no mirar el reloj para la consecución de objetivos, de quemar la grasa que dificulta la flexibilidad necesaria a los cambios, de pasión por lo que haces. Solo pedimos que la situación en la que España se diluye en una crisis sanitaria, económica, social y, lo que es aún mas grave, institucional, no nos haga mas difícil nuestro empeño de continuar asumiendo riesgos, pero sin la estabilidad suficiente que genere la confianza necesaria para invertir.